20/02/2010 ABC
Pese a su juventud ya conoce los pliegues de la toga de la Justicia como si fuera un veterano. Ha sido abogado de la acusación de la Fundación Fernando III en el caso Foxá
—Parece que la sentencia del caso Foxá deja a todas las partes conformes ¿no?
—Recoge una absolución penal pero lleva implícita una condena moral. A ningún cliente mío le gustaría que la sentencia recogiera que es un ignorante.
—En su cuenta de resultados particular cómo consigna la sentencia del tribunal: como un caso ganado, perdido, empatado…
—Ganado.
—Pero la señora Medrano ha salido absuelta…
—Si, salió absuelta. Pero aquí lo que se denunció es que prohibió un acto cultural por considerarlo político. Así lo defendieron políticamente en la calle. En los tribunales mantuvieron lo contrario.
—Es posible que, a partir de esta sentencia, este tipo de decisiones municipales se tomen con mayor fundamento…
—Espero que no se vuelva a repetir nunca más aunque los políticos, como no quieren aprender, es posible que reincidan. Yo les pediría que se informaran antes de tomar decisiones como las que comentamos.
—Incluso consultando la wikipedia…
—Incluso consultando la wikipedia.
—La señora Medrano, públicamente, ha declarado que hasta su paso por los tribunales, fue sometida a un juicio previo en algunos sectores.
—Nunca hubo un juicio paralelo. Lo que sí se criticó fue su escasa formación como recoge la sentencia.
—¿Cómo entiende el apoyo dado a Medrano por los suyos en la puerta del tribunal el día del juicio?
—Como una muestra del talante de cierta izquierda que nunca ve la viga en su ojo.
—No acabo de entender las razones de Medrano para que nadie opinara sobre su apresurada y desacertada decisión municipal…
—Mire, una señora que declaró que no conocía literariamente a Foxá y que se amedrentó ante las presiones de sus propios cachorros, deja mucho que desear para desempeñar una tarea pública.
—¿Cree usted que la señora Medrano pone en tela de juicio la libertad de opinión y expresión pensando de esa forma?
—Nadie entiende lo que hizo. Ni siquiera la propia jueza que la ha juzgado.
—¿Qué parte del juicio a la señora Medrano no se le olvidará?
—Me quedo con la declaración ante la jueza Mercedes Alaya, en el proceso de Instrucción, donde las manos de la acusada sudaban nerviosamente.
—¿Hubiera defendido usted a la señora Medrano en un tribunal?
—Por supuesto que si. Creo en la Justicia y en el Derecho a la defensa.
—Hablando de Justicia. ¿Qué piensa sobre la Ciudad de la Justicia? ¿La verá hecha o ni tan siquiera la maqueta?
—Tengo esperanzas de verla construida. Pero se también que los recortes llegarán a Justicia. Ese edificio es imprescindible.
—¿Y sobre la deuda de la consejería de Justicia al colegio de Abogados por impagos de los trabajos de Oficio?
—Es una vergüenza y es impresentable el prorrateo con el que nos intentan ir abonando esos débitos. Creo que el de abogados es un colectivo demasiado pasivo.
—Un compañero suyo, abogado, me decía hace unas semanas, que habría que hacerle un monumento a la compañera que defendió de oficio a Miguel Carcaño, porque nadie quería esa patata tan caliente…
—Los que creemos en la Justicia gratuita y creemos en el Derecho de defensa, sabemos que nos ha hecho un gran favor al colectivo.
—¿Usted hubiera aceptado esa defensa?
—Sí, por supuesto. Y también hubiera hecho todo lo posible para convencerlo de que dijera dónde está el cuerpo de Marta del Castillo.
—¿Por qué no lo hizo su abogada defensora?
—Supongo que lo habrá intentado.
—¿Sigue siendo la sentencia del caso Marta del Castillo un trabajo técnicamente intachable?
—In dubio pro reo. Aunque tengo mis dudas con la instrucción policial.
—¿Qué le parece la decisión de la Fiscalía de recurrir ante el Supremo la sentencia del caso Marta del Castillo?
—La Fiscalía nos tiene a muchos descontentos. Y no solo en este caso, sino en la prescripción de Garzón, la causa del franquismo. No hay un criterio uniforme. Y eso perjudica a la administración de Justicia.
Reformar la Justicia